Desde la histórica conferencia de Beijing en 1995, el impulso hacia el empoderamiento femenino se ha fortalecido como un elemento clave para fomentar la equidad de género y el progreso humano. Surgió como respuesta a la urgente demanda de otorgar a las mujeres un rol más participativo y relevante en todos los aspectos de la vida, tanto en lo individual como en lo social y lo económico.
Por: Fernando Padilla Farfán
El empoderamiento femenino es ampliamente reconocido como una táctica fundamental para fortalecer las economías, promover sociedades más justas y estables, y alcanzar avances notables en el desarrollo sostenible y los derechos humanos. Este proceso de empoderamiento es crucial para establecer las bases que permitan a las mujeres alcanzar su máximo potencial y contribuir de manera completa al avance global.
Previo a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, destacan dos damas por haber alcanzado los más altos cargos en los gobiernos de sus naciones.
El legado revolucionario de María Estela Martínez de Perón se destaca como un hito histórico al ser la primera mujer en ocupar la presidencia de un país a nivel global. Tras la muerte de su esposo, Juan Domingo Perón, con quien ejerció como vicepresidenta, asumió el liderazgo de Argentina desde 1974 hasta 1976.
Durante su mandato enfrentó diversos desafíos, incluida una situación económica marcada por la inflación, así como protestas laborales y violencia política. A pesar de que durante su liderazgo desafió obstáculos, finalmente fue arrestada por las fuerzas militares argentinas. Después de haber sido condenada al arresto domiciliario, se vio obligada al exilio en España en 1981.
Otra figura femenina que alcanzó renombre a nivel internacional fue Margaret Thatcher. Se ganó un lugar en la historia como la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en el mundo. Durante su extenso mandato de 11 años al frente del gobierno británico (1979-1990), Thatcher fue conocida por su estilo de liderazgo dominante y por rodearse principalmente de hombres en su equipo. Curiosamente, no fomentó la participación de las mujeres en cargos públicos durante su mandato.
Thatcher se destacó por su firmeza al dirigir los asuntos de Estado, su enérgico control sobre los miembros de su gabinete y su política económica basada en principios monetaristas. Estas características le valieron el apodo de “La Dama de Hierro”.
Lamentablemente, la representación femenina en los más altos cargos políticos a nivel mundial sigue siendo significativamente baja. Según los datos más recientes de la ONU, apenas un 11.3% de los líderes gubernamentales son mujeres. De los 194 países oficialmente reconocidos en el mundo, solo 22 de ellos tienen mujeres como jefas de Estado o de Gobierno.
Europa, especialmente en sus países del norte como Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega, lidera en la presencia de mujeres en altos cargos políticos a nivel global. En cuanto al ámbito parlamentario, es en Nicaragua donde se observa la mayor representación femenina.
La participación activa de las mujeres en la política, garantiza un papel crucial en la estabilidad económica y en el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
Una mayor presencia de mujeres en los parlamentos y en cargos de toma de decisiones, garantiza avances significativos en la reforma de leyes discriminatorias y en la promoción de inversiones más equitativas y efectivas en áreas fundamentales como la salud, la educación y la protección social.
A partir de las elecciones federales del 2 de junio del presente año, México se sumará a los países gobernados por mujeres.
El hecho de que pueda ser una mujer la próxima titular del ejecutivo, será la oportunidad para garantizar un mejor progreso en las condiciones de vida de las féminas.
En México, todo parece indicar que la próxima titular del ejecutivo será una mujer. A diferencia de ocasiones anteriores, cuando Rosario Ibarra de Piedra, Marcela Lombardo, Cecilia Soto, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota y Margarita Zavala contendieron por la presidencia de la República, en esta ocasión las dos principales fuerzas políticas, que son las que tienen posibilidades reales de ganar las elecciones en junio de 2024, han postulado a mujeres como candidatas: Claudia Sheinbaum por Morena, PT y PVEM y Xóchitl Gálvez por el frente amplio, que agrupa al PAN, PRI y PRD.
La idea de una mujer ocupando la presidencia de la República nunca pareció estar próxima, hasta ahora. Según los estudios demoscópicos, Claudia Sheinbaum ha mantenido consistentemente la ventaja más amplia en las encuestas. Sin embargo, queda la incógnita de si Xóchitl Gálvez será capaz de reducir esa brecha en los sondeos de opinión.
El panorama político está experimentando un cambio notable, con mujeres emergiendo como líderes potenciales en una carrera que anteriormente se percibía dominada por hombres.